Las acciones de la ciudad en contra de industrias contaminantes cayeron en picada durante los dos mandatos del alcalde Rahm Emanuel, incluso mientras Emanuel alardeaba sobre sus credenciales ecológicas y atacaba a los funcionarios federales y estatales por reducir protecciones ambientales.
Un análisis realizado por el Better Government Association y la Escuela de Periodismo de Medill de la Universidad Northwestern utilizando datos de supervisión ambiental compilados por la ciudad, encontró que:
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Desde 2012, el primer año completo de Emanuel como alcalde, sus inspectores ambientales han escrito menos de un tercio del número de citaciones por contaminación del aire, agua y otros tipos, de las que se emitieron durante los siete años anteriores, casi todos bajo el ex alcalde Richard M. Daley.
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Los recortes presupuestales y de personal han reducido a la mitad el número de inspectores ambientales durante los casi ocho años que Emanuel ha sido alcalde. Los registros muestran que las inspecciones anuales también se redujeron en más de la mitad.
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Las inspecciones de materiales peligrosos cayeron en más del 90 por ciento entre 2010 y 2018; las inspecciones de calidad del aire cayeron casi un 70 por ciento; y las inspecciones de residuos sólidos se redujeron en más de un 60 por ciento.
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La caída en el número de inspecciones y de acciones de vigilancia de la ley coincidió con la decisión de Emanuel de eliminar un departamento municipal dedicado a la supervisión ambiental y una línea telefónica directa exclusiva para quejas sobre la contaminación. En cambio, a los residentes se les pidió dirigir sus quejas ambientales al servicio 311 de la ciudad, el cual también se ocupa de una gran variedad de quejas incluyendo el servicio de basura, roedores, baches y más.
Las medidas ambientales de Emanuel contrastan con su retórica.
Después de años de recortes de personal ambiental, el alcalde demócrata finalmente dio marcha atrás en el presupuesto del año 2018 y emitió un comunicado de prensa burlándose del presidente Donald Trump y del ex gobernador Bruce Rauner, ambos republicanos.
“La expansión del personal de protección ambiental del alcalde Emanuel se produce al mismo tiempo que los funcionarios estatales y federales redujeron los esfuerzos para proteger a los residentes de la contaminación”, decía el comunicado de prensa, el cual omitió mencionar las anteriores reducciones de personal ambiental del alcalde.
Los funcionarios de la ciudad insisten en que la vigilancia para hacer cumplir con las leyes ambientales de la ciudad son solo una parte de la agenda ambiental de Emanuel y que se le debe dar crédito por sus otros esfuerzos para prevenir la contaminación, como la promoción de energía limpia y el crecimiento en el uso de monitores de aire en la ciudad para detectar la contaminación.
“Sería injusto considerar estos números como nuestro único compromiso con el medio ambiente”, dijo Julie Morita, comisionada de salud pública de Emanuel.
Los críticos no están de acuerdo.
“Le daría una nota D-menos por hacer cumplir la ley”, dijo Cheryl Johnson, una activista ambiental del sur de la ciudad.

Meses después de que Emanuel asumió el cargo en el 2011 fue revelado su presupuesto para el año 2012. Ese presupuesto incluyó una revisión general de las medidas necesarias para el cumplimiento de las leyes ambientales de la ciudad. En un esfuerzo por reducir costos, el nuevo alcalde eliminó el Departamento de Medio Ambiente creado bajo su predecesor Daley y asignó sus responsabilidades principalmente al Departamento de Salud Pública, que por ley tiene a cargo toda la responsabilidad de dar permisos y ejecutar la ley ambiental.
Los funcionarios de la administración argumentaron en ese momento que el arreglo original le restaba valor a un enfoque más amplio de las políticas ecológicas que cubren a toda la ciudad.
Sin embargo, los números de la ciudad apuntan a una tendencia de menos recursos y menos vigilancia del cumplimiento de la ley para disuadir a los contaminadores durante el gobierno de Emanuel.
Productos químicos, basura y aguas residuales
En el extremo sur de la ciudad, el aire está cargado de olor a productos químicos, basura y aguas residuales. Los letreros de “No Tirar Basura” rodean el complejo de viviendas públicas Altgeld Gardens, donde vive y trabaja Johnson, porque el área es un imán para el vertido ilegal. El paisaje naturalmente plano está salpicado de colinas que antes eran vertederos activos. Es uno de los barrios con mayor contaminación ambiental de la ciudad.
Johnson, directora ejecutiva de People for Community Recovery, dijo que la decisión de Emanuel de cerrar el departamento encargado de vigilar el cumplimiento de leyes ambientales envió a los residentes el mensaje de que están solos en la lucha para combatir la contaminación. Por lo tanto, para abordar los olores fétidos de una planta de tratamiento de aguas residuales cercana operada por el Distrito Metropolitano de Reclamación de Agua (MWRD, por sus siglas en inglés) los residentes ignoraron a la ciudad en los últimos años y se quejaron directamente ante el MWRD, una estrategia que, según Johnson, ha sido más efectiva para obtener resultados.
“Te cansas de golpear a un caballo muerto”, dijo.
Millas al norte, en el vecindario de Pilsen, algunos residentes se han quejado durante años por el polvo de una planta de reciclaje de automóviles dirigida por Sims Metal Management. En el 2012, los inspectores municipales de Emanuel citaron al negocio por dos violaciones a la calidad del aire, pero no emitieron multas.
Más recientemente, los registros muestran que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) concluyó en diciembre una investigación de dos años a las instalaciones de la planta de Sims, con una multa de $ 225,000, una de las más altas del año pasado en el Condado de Cook, relacionada con problemas de la calidad del aire.
Mientras la EPA miraba a la planta de Sims, los registros muestran que los inspectores de la ciudad también visitaron el sitio más de una docena de veces, incluidas al menos cinco visitas después de quejas de los residentes, Pero la ciudad no emitió violaciones, concluyendo en una ocasión que cualquier olor “no era excesivo ni acre”, según muestran los registros.
En una declaración, Sims dijo que las quejas por el olor del año pasado no tenían fundamento y eran un tema separado del caso de la EPA. “Trabajamos diligentemente con los reguladores para garantizar que estemos completamente al día con las regulaciones federales, estatales y locales”, dijo la compañía.
Gail Selleg, residente de Pilsen por varios años, dijo que ella fue una de las personas que el año pasado se quejaron ante la ciudad por un sabor metálico en el aire y un mal olor que creía que fue causado por Sims. Selleg dijo que no sabe si los inspectores de la ciudad le dieron seguimiento a su queja, pero señaló que la acción federal de la EPA contra la compañía deja claro que sí es un problema.

En entrevistas con BGA, Morita, la comisionada de salud pública, dijo que las recientes incorporaciones al personal de inspección por parte de Emanuel eran un reconocimiento a la necesidad de medidas más robustas para hacer cumplir las leyes.
“Queríamos ser mejores”, dijo Morita. “Nosotros identificamos esa necesidad. Nosotros buscamos recursos “.
Morita también dijo que los datos de inspección y vigilancia muestran solo una parte de los esfuerzos del Departamento de Salud Pública para proteger a los habitantes de Chicago de daños ambientales. Citó el trabajo del departamento en los últimos años para ayudar a fortalecer las reglas de la ciudad sobre el manejo de materiales nocivos como el manganeso y el coque de petróleo que representaban una amenaza para la salud en el lado sureste de Chicago.
Vigilancia de la ley a la baja
Para llevar a cabo el análisis de los registros ambientales de Emanuel, el BGA y Medill obtuvieron datos de la base de datos pública de violaciones ambientales del Departamento de Salud Pública, que también incluye acciones de vigilancia del antiguo Departamento de Medio Ambiente. Esas violaciones pueden dar lugar a multas de miles de dólares, pero la comparación de las penas impuestas de un año a otro resultó difícil debido a que la ciudad guarda datos confusos.
El análisis encontró que la ciudad emitió aproximadamente 3,500 citaciones por violaciones ambientales entre el 2012, el primer año después de la disolución del Departamento de Medio Ambiente, y el 2018. El número comparable de citaciones emitidas en los siete años anteriores fue un poco más de 11,200, tres veces mayor que durante el gobierno de Emanuel
Los registros de la ciudad también muestran una disminución significativa en inspecciones ambientales durante los años que Emanuel estuvo a cargo de la ciudad. En 2010, el antiguo Departamento de Medio Ambiente tenía un presupuesto para emplear un equipo de 18 personas, quienes se ocupaban de dar permisos y hacer inspecciones. Los registros muestran que realizó 11,571 inspecciones ese año.
Para el 2014, el presupuesto para el equipo de permisos e inspecciones se redujo a sólo nueve personas bajo el Departamento de Salud Pública. Ese escuadrón reducido completó 5,907 inspecciones ambientales.
El presupuesto para el personal de inspecciones aumentó a 23 en 2018 después de las adiciones que Emanuel promocionó. Aun así, los registros muestran que el número de inspecciones realizadas el año pasado fue de 5,469, por debajo del total de 2014, cuando el personal tenía casi un tercio del tamaño.
Al igual que muchas agencias municipales, el Departamento de Salud Pública publica sus datos de violaciones en un sitio web de acceso público de la ciudad llamado Chicago Data Portal. Emanuel ha elogiado el portal durante mucho tiempo –– que también incluye registros sobre violaciones del código de construcción, contratos de la ciudad, registro de cabilderos y más –– como símbolo de la transparencia y franqueza de su administración.
Pero durante el curso de esta investigación, los funcionarios de salud pública trataron de disuadir a los reporteros de usar los números que su propio departamento había publicado en el sitio de datos público. Las cifras oficiales eran fundamentalmente inexactas, advirtieron.
Por ejemplo, la portavoz de salud pública Anel Ruiz dijo que los datos estaban incompletos porque algunas responsabilidades de vigilancia e inspecciones fueron entregadas a otros departamentos de la ciudad cuando el Departamento de Medio Ambiente se disolvió. Y los datos de los otros departamentos no estaban incluidos en los archivos, dijo Ruiz en una declaración escrita.
Cuando se les preguntó acerca de esta discrepancia, los funcionarios de salud pública no explicaron claramente qué responsabilidades de cumplimiento fueron asumidas exclusivamente por otros departamentos de la ciudad, o cómo los datos existentes podrían analizarse adecuadamente para dar cuenta de este problema.
La explicación de Ruiz parece estar en conflicto con el lenguaje específico de la ley municipal de 2011 que eliminó a la agencia ambiental. Esta ley declaró que el Departamento de Salud Pública asumiría “todos los derechos, poderes, deberes, obligaciones y responsabilidades del ex comisionado y el Departamento de Medio Ambiente relacionados con los permisos y la ejecución de la ley”.
En resumen, el Departamento de Salud Pública asumió todas las tareas de cumplimiento del Departamento de Medio Ambiente, y esto no debería haber tenido ningún impacto en el reporte de los datos de inspecciones y violaciones.
Línea directa eliminada
De todos los cambios en la aplicación de la ley ambiental en la ciudad, algunos residentes de la ciudad parecen particularmente molestos por la eliminación de la línea directa ambiental, argumentando que el cambio hizo más difícil la presentación de quejas o, en ocasiones, requirió que se hicieran cientos de quejas al 311 antes de que la ciudad enviara a un inspector ambiental. Los registros muestran que los operadores del 311 a veces envían llamadas sobre quejas de contaminación a departamentos de la ciudad que no los manejan.
“Es difícil explicárselo a un operador 311 que está lidiando con una situación con la que no están familiarizados”, dijo Peggy Salazar, directora de la Fuerza de Trabajo Ambiental del Sureste.
Una revisión de los registros de la ciudad sobre las llamadas al 311 relacionadas con una serie de quejas ambientales por una lavandería industrial en Pilsen ilustra el punto de Salazar. Algunas quejas de contaminación del aire se dirigieron al departamento de edificios, que no hace cumplir los problemas de calidad del aire exterior.
La residente de Pilsen, Selleg, dijo que durante mucho tiempo se quejó de los olores que provenían de su vecindario, y esas quejas provocaron una acción oficial en los días en que el Departamento de Medio Ambiente aún existía.

“Hace años fueron totalmente receptivos y estaban listos para saltar en camiones y salir”, dijo Selleg, refiriéndose a los inspectores de la ciudad.
Sin embargo, el año pasado, Selleg dijo que una vez llamó al 311 para quejarse de un olor “putrefacto” que provenía de los Sims y fue conectada a la línea directa del 911 de la ciudad, reservada para reportar delitos, incendios y emergencias médicas. Selleg dijo que no sabe si algo vino de esa llamada mal dirigida.
Esa lavandería industrial, Three Brothers Laundry en la cuadra 2600 de West 19th Street, es otro ejemplo de un negocio que genera muchas quejas de olores.
Los registros de la ciudad muestran que hubo más de 600 quejas presentadas con 311 sobre Tres Hermanos solo en 2017. Muchas de las quejas están relacionadas con olores químicos fuertes y otros malos olores provenientes de la planta.
Marguerita Breihan, quien vive con su esposo Mark frente a un callejón de Three Brothers, dijo que los olores la han hecho vomitar. Bonfilio Reyes, vecino de Breihan, dijo que cuando los olores son fuertes se le hincha la cara, sufre de dolores de cabeza cuando y tiene que salirse de su casa.
Los inspectores de la ciudad aparecieron después de que se presentaron las quejas pero no encontraron violaciones de la calidad del aire, de acuerdo con los registros de la ciudad y las entrevistas con Reyes y la familia Breihan.
Mark Breihan dijo que un funcionario de la ciudad le preguntó si había considerado mudarse, lo que dejó a Breihan indignado.
“Esta pesadilla apareció y nadie nos advirtió”, dijo Mark Breihan.
Los registros de la ciudad detallan cómo los inspectores visitaron a la propiedad al menos 30 veces desde 2016 como resultado de las quejas, pero informaron que no olían nada inusual, un reclamo recibido con escepticismo por la familia Breihan y Reyes.
Las quejas sobre la calidad del aire no generaron ninguna infracción por parte de la ciudad. De hecho, en marzo de 2017, la familia Breihan recibió una carta de un abogado de la ciudad diciendo que el caso estaba cerrado.
Sin embargo, en diciembre de 2018, los funcionarios de la EPA de los Estados Unidos inspeccionaron el sitio de Three Brothers tras las quejas de los residentes sobre la calidad del aire y solicitaron al propietario la documentación sobre su cumplimiento de las leyes de aire limpio y la seguridad de sus materiales de limpieza. El asunto aún está bajo revisión.
Nayan Patel, gerente general de Three Brothers, dijo que cree que solo un pequeño número de vecinos llamaron a la ciudad con lo que él consideró quejas “falsas”. “Es sólo un jabón básico”, dijo sobre los olores.
Según en informe de la EPA, su inspección encontró que Three Brothers comenzó una operación de limpieza en seco el verano pasado que usaba el percloroetileno químico. La exposición al percloroetileno, o PCE, puede causar dolores de cabeza, náuseas, irritaciones y puede representar un riesgo de cáncer en casos extremos, de acuerdo con funcionarios de salud de los Estados Unidos.
La carrera por la alcaldía
Con la inminente salida de Emanuel de la oficina del alcalde, casi todos los grandes grupos de candidatos que buscan reemplazarlo han dicho que si son elegidos, quieren endurecer la supervisión ambiental.
Al menos tres de ellos, el presidente de la Junta del Condado de Cook, Toni Preckwinkle, la ex presidenta de la Junta de la Policía de Chicago Lori Lightfoot y la activista comunitaria Amara Enyia, han pedido específicamente la restauración de un departamento ambiental. Algunos defensores del medio ambiente dicen que la vigilancia del cumplimiento de la ley mejor ejecutada es la mejor solución.
Aún así, en los últimos días de su mandato, Emanuel continúa puliendo sus credenciales ecológicas. Recientemente, el alcalde estableció como objetivo el que todos los edificios de la ciudad funcionen con fuentes de energía renovables para el año 2035. Algunos grupos comunitarios consideraron que se trató de un anuncio hipócrita con la intención de generar titulares, ya que al mismo tiempo el alcalde continuó ignorando las amenazas ambientales inmediatas para residentes, particularmente en los lados oeste y sur de Chicago.
“Son banalidades”, dijo Kimberly Wasserman, directora ejecutiva de la Organización de Justicia Ambiental de La Villita. Y añadió que su grupo presionará al próximo alcalde para tener una supervisión más robusta de la contaminación.
Mary Hall, estudiante de Medill, también contribuyó a este reporte.